
En 1949, cuando promediaba el primer gobierno de Juan Domingo Perón, el entonces presidente argentino firmo un decreto que reglamentaba la gratuidad de los estudios universitarios en toda la Argentina. A partir de la década del 50 en Argentina se inicia un proceso de Migración Regular para la Educación. El Estado Argentino promueve el acceso a la Universidad Pública destinada a los jóvenes de la Sub Región. Ingreso irrestricto, gratuidad de la enseñanza y visas en calidad de Residentes Temporarios, son las motivaciones para que cientos de estudiantes peruanos migran a Argentina en la búsqueda del ansiado título universitario que la Universidad Pública Peruana les hacía y sigue siendo dificultoso (examen de ingreso y pocas vacantes).
Por Lina Quispe Cruz
Si nos situamos en Rosario, la comunidad peruana es relativamente nueva, la primera etapa de inmigrantes llegó en la década del ‘50. Pero en poco tiempo esta colectividad arraigó fuerte sus raíces en la ciudad y actualmente es la tercera en número, detrás de las comunidades paraguaya y boliviana.
Los primeros peruanos que llegaron a la ciudad, eran estudiantes en busca de facilidades y el nivel que la Universidad Nacional de Rosario (UNR) ofrecía, y por supuesto, por la cercanía geográfica y los reducidos costos de vida. Se trataban de una migración con una posición económica media que, por lo general, no tenía necesidad de trabajar ya que mensualmente recibía dinero de sus familiares desde Perú pero, así como llegaron, algunos se fueron y otros se quedaron a echar raíces, para la década de 1980 sólo quedaba una pequeña población de esa primera ola migratoria.
A partir de los ‘90, la presencia peruana en el país se cuadruplicó. Según las cifras de la Dirección General de Estadísticas y Censos, entre 1991 y 2001 la población peruana en el país pasó de 15.939 a 88.260 personas, el mayor arribo de peruanos de la historia. Desde ese momento Argentina, se convirtió en el segundo destino de la emigración peruana a nivel mundial.
Estos nuevos migrantes, por lo general, ya no estaban relacionados con cuestiones educativas, sino con la política de convertibilidad monetaria argentina y la difícil situación económica y social que pasaba Perú. Eran en su mayoría inmigrantes pertenecientes a sectores socioeconómicos bajos que llegaban en busca de nuevas ofertas laborales.
En resumen se trata de dos categorías de inmigrantes (los antiguos y recientes) que evidencian una composición sociodemográfica diferenciada: en los que se trata dos categorías de inmigrantes (los antiguos y recientes) que evidencian una composición diferenciada: en los ‘50 la emigración estaba limitada a las clases sociales más acomodadas de la sociedad peruana que venían a estudiar, mientras que a partir de los ’90 se observa que la migración se vuelve menos selectiva y alcanza a sectores sociales menos favorecidos.
Lo interesante es que, en ambos flujos migratorios, Rosario tuvo un papel destacado. Primero, como destino temprano debido al atractivo que representaba la Universidad Nacional de Rosario para los estudiantes peruanos y, tiempo más tarde, por el conocimiento que ya existía sobre la ciudad, lo que la situó como destino preferencial comparado con otras urbes del país.
En la actualidad se presume que en el país hay un aproximado entre 300 y 350 mil peruanos, según el Cónsul General del Perú en Buenos Aires – Luis Felipe Isasi Ruiz Eldredge. “En Rosario hay un aproximado 10000 a 11000 y empadronados 3900, durante la pandemia se presume que se han regresado 3000. En cuanto al grupo etario que predomina tiene entre 25 y 50 años, o sea, el rango laboralmente más activo. Otro dato: el 60 por ciento de los peruanos residentes en rosario son mujeres”, dijo el Cónsul Honorario del Perú en Rosario, El Ing. Felix Fernando Zegarra Ponce.
Instituciones Peruanas en Rosario
Al ritmo que creció la migración peruana en Argentina en las últimas décadas también crecieron las instituciones de su comunidad. Se crearon o se reforzaron nuevas redes sociales con la función de mantener la memoria y la identidad, pero también de reducir el golpe cultural para que los nuevos migrantes que llegaron al país.
Desde el punto de vista institucional, podemos dividir las instituciones de la comunidad peruana en Argentina según sus fines: religiosos, políticos, deportivos y socioculturales. las asociaciones religiosas son las más concurridas, pero las deportivas las de mayor constancia y las que convoca a actividades durante todo el año.
Entre ellas tenemos a: Asociación de estudiantes y Residentes Peruanos en Rosario, Centro Cultural Peruano en Rosario, Hermandad del Señor de los Milagros y a la Asociación de Fútbol, Peruanos Unidos.
Motivaciones e inserción laboral
En cuanto a las motivaciones que dieron origen a la migración, se encontró que más de la mitad de los peruanos que vinieron tempranamente lo hicieron para estudiar, mientras que esa proporción apenas supera el 30 por ciento entre los más recientes.
Un dato relevante es que se trata de una migración calificada: la mayoría tiene secundario completo o más. Sin embargo, la inserción laboral de estas personas al llegar se centra en actividades que suelen estar por debajo de su nivel de educación y calificación. De esta manera, nuestra investigación arrojó que más del 30 por ciento de los recién llegados se emplea en el servicio doméstico, lavadero de autos, talleres de costura y la construcción, hasta que logran estabilizarse y muchos de ellos se independizan, tienen un capital guardado y lo invierten en sus propios emprendimientos o empresas. Hoy podemos ver que en la ciudad de Rosario muchos peruanos son profesionales, en su mayoría médicos. También tienen sus propios comercios: ferretería, barberías, verdulerías, ventas de máquinas para coser. Programas de radio y televisión. Talleres de costura y el peso fuerte, los locales gastronómicos.
Si comparamos con otras colectividades que estén delante de Perú en cuestiones de número de habitantes de colectividades latinoamericanas en Rosario, por ejemplo:
Paraguay, es una de las colectividades más grandes en Rosario, existe la creencia de que los trabajadores llegados aquí desde la tierra de Augusto Roa Bastos y del tereré se desempeñan en trabajos de construcción, en el caso de los hombres, y de servicio doméstico, las mujeres. El Grupo de Estudios Sociales sobre Paraguay de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, explica: «Analizando el último censo, el 27,4% de los varones paraguayos ocupados están en la construcción, mientras que el 40% de las mujeres que trabajan, lo hacen en el servicio doméstico. Elsa Recalde, referente de la comunidad paraguaya en Rosario, nos cuenta que, “La comunidad paraguaya se dedican: los hombres a la construcción, las mujeres en su gran mayoría al servicio doméstico y al cuidado de personas mayores. En la actualidad también, vienen estudiantes universitarios paraguayos que hacen intercambio por un semestre especialmente en la carrera de medicina”.
Bolivia, la segunda colectividad más grande de Latinoamérica se dedican a trabajar: en talleres de costuras, la construcción, la ladrillería, el comercio, en verdulerías y muchos de ellos son yeseros, según la referente de la colectividad boliviana en Rosario, Carolina Montaño.
Un análisis realizado por el diario Clarín, indicó qué, la inserción laboral de los bolivianos en Argentina, sólo el 25% está trabajando con contrato de trabajo, mientras que dicho porcentaje alcanza al 57% entre la población argentina. Es así como tres de cada cuatro bolivianos que están en el país trabajan en negro; de ello deriva que el 80% se atiende en el hospital público. Pero no sólo se trata de trabajos en negro, sino que también son precarios, ya que sólo el 59% ha estado ocupado sin interrupciones durante los tres meses precedentes al estudio
Migración, discriminación y xenofobia
La actual inmigración internacional en la Argentina, compuesta mayoritariamente por personas de países de América del Sur, tiene un impacto en diversas áreas de la sociedad receptora. Muchas veces ese impacto es sobredimensionado o invisibilizado por la percepción que existe sobre ellos.
En el año 2016, los migrantes peruanos fueron victimas del en ese momento senador del Frente para la Victoria (FPV), Miguel Ángel Pichetto, que cuestionó la «cultura igualitaria» del país. «¿Cuánta miseria puede aguantar Argentina recibiendo inmigrantes pobres?», se preguntó. También dijo que, «Tenemos que dejar de ser tontos. El problema es que siempre funcionamos como ajuste delictivo de Perú, ellos resolvieron su problema de seguridad y transfirió a todo el esquema narcotraficante: las principales villas de la Argentina están tomadas por peruanos. La Argentina incorpora toda esta resaca»
Sin embargo, los estudios recientes refutan los argumentos infundados del senador, “los inmigrantes aportan entre 1000 y 1500 millones de dólares anuales al IVA” Según La información se desprende del libro Impacto de las migraciones actuales en la estructura económica y sociocultural de la Argentina, compilado por Lelio Mármora y publicado el año 2016 pasado por la Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
El trabajo también señala que los asalariados inmigrantes colaboran en el producto sobre todo en base a tareas no registradas formalmente. En este período, según el año, entre el 20 y el 25% de la masa de ingresos de los asalariados extranjeros proviene de fuentes no registradas. En cambio, en el caso de los trabajadores de origen nacional, se calcula entre el 10 y el 14%.
Roberto Arévalo Moscoso, presidente de la institución, Asociación de estudiantes y residentes peruanos en Rosario, recuerda que, “entre 1990 y 2.004 se nos acusó a los inmigrantes de países vecinos y el Perú como responsables del desempleo y de la inseguridad. Hemos sufrido una verdadera «caza de brujas» traducidas en hechos de: brutalidad Policial, violaciones a los derechos humanos, detenciones ilegales, violaciones de domicilio, solo por «delito» de «Portación de Rostro». Incluso se echó mano a la vieja «ley de Residencia» (Deportación de extranjeros sin derecho a juicio). Todo documentado en diarios y revistas de época”.
Pese a todos estos avances, aún persisten situaciones de vulnerabilidad que afectan a los trabajadores migrantes y a sus familias, principalmente las vinculadas con la discriminación y una mayor inserción de este colectivo en empleos del sector informal, con elevado índice de precariedad y salarios menores. Para el Estado argentino, combatir la irregularidad laboral y migratoria, que conlleva exclusión y marginalidad social, es una prioridad.
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