
Leo Messi se presentará por tercera vez en la capital boliviana por las eliminatorias. El reto del capitán del seleccionado es ganar por primera ocasión
Por Ovación
Ya confesó en su momento que jugar en el Hernando Siles es terrible. Además evidenció en carne propia una de las peores palizas que recibió Argentina en la historia de las eliminatorias cuando fue goleada 6 a 1 en 2009. También fue preso de una particular sanción exprés antes de salir a la cancha en 2017. Leo Messi experimentó más tristezas que alegrías cada vez que visitó Bolivia. Pero el rosarino más famoso de la modernidad buscará hoy que la altura no lo ahogue. Tratará como buen capitán marcar el camino en pos de conseguir el segundo triunfo al hilo en lo que va del fixture rumbo a Qatar 2022. Y a nivel personal quebrar el maleficio de no poder abrochar un triunfo ni marcar en la temida La Paz. Para el mejor jugador del planeta no será una cita más en lo que va de este frenético y convulsionado 2020. Sea a nivel personal como colectivo. ¿Podrá cantar victoria al final de la tarde? El 10 espera que la tercera participación en la ciudad más alta del mundo sea la vencida.
Jugar a 3.640 metros de altura como ofrece el Hernando Siles es un doble desafío para los visitantes. La falta de suficiente oxígeno y las diferentes respuestas que exhiben los protagonistas en cancha es otro factor condicionante cada vez que el estadio se viste de gala para brindar un show internacional.
El hecho de que la pelota viaja más rápido es otra de las barreras a superar para los extranjeros. Leo Messi sabe perfectamente lo que significa moverse en cámara lenta en La Paz. También tiene en claro que le quedó la sangre en el ojo cuando hace dos años lo limpiaron desde los finos y burocráticos escritorios suizos.
Esta tarde saldrá portando la cinta de capitán como un gladiador con sed de revancha. Lo hará en un estadio vacío en las tribunas porque el encuentro que comenzará a las 17 de nuestro país (16 local) será a puertas cerradas y con las medidas sanitarias correspondientes como consecuencia de la pandemia del coronavirus que también golpea muy fuerte a Bolivia.
La historia de Messi en la ciudad más alta del planeta no lo favorece desde lo deportivo. Sin embargo, la gente, esa misma de raza autóctona y que defiende las raíces con orgullo, lo recibió como un ídolo cuando la selección nacional hizo base la noche del domingo en La Paz.
Pero el rosarino va por la gloria colectiva en esta fecha de las eliminatorias. Viene de saborear un triunfo ante Ecuador, con gol incluido. Hoy tiene el reto de izar la bandera de la victoria por primera vez en el barrio Miraflores, ya que las anteriores dos cosechó un empate y una derrota que caló por demás de profundo. Mientras que en la anterior ocasión no pudo salir a escena porque desde Fifa lo sancionaron prácticamente sobre la hora del partido cuando el DT era el canalla del Patón Bauza.
Primera mala experiencia
Leo Messi no estuvo cuando se consumó el hasta ahora último triunfo de la selección en Bolivia. Fue hace 15 años rumbo al Mundial de Alemania 2006 y Argentina se volvió con tres puntos fruto del 2 a 1 que supo conseguir con goles del rosarino Luciano Figueroa y Luciano Galetti.
El 10 recién se presentó el 1º de abril de 2009 en una selección que comandaba desde adentro de la cancha, mientras que Diego Armando Maradona lo hacía desde el banco. El resultado fue lapidario para el rosarino y el resto de la tropa nacional. Bolivia lo goleó 6 a 1 en un hecho histórico que aún recuerda todo el pueblo anfitrión con júbilo.
La catalogó de terrible
Luego llegó el momento de transitar el camino hacia Brasil 2014. Messi hizo un buen partido en la segunda presentación que hacía en La Paz. Fue el 26 de marzo de 2013 y el partido terminó 1 a 1, con gol del ex Newell’s Ever Banega.
El dato que se propagó tras la igualdad fue la declaración que brindó el mejor jugador del mundo: “Es terrible jugar acá. Por suerte pudimos plantearlo bien, hacer las cosas que habíamos pensado y sacar un resultado positivo. Hay compañeros con mareos, dolor de cabeza, a mí no me pasó. Son partidos que se juegan así acá. Mucho no se puede jugar. Te presionan, físicamente te pasan por arriba”. Toda una radiografía de lo que representa actuar en la altura.
Castigo exprés en 2017
Messi fue el tema en Miraflores en la previa. En el barrio del estadio Hernando Siles se habló de Leo porque ya estaba instalada en el ambiente la chance de que no jugara porque iba ser suspendido por la Fifa tras la supuesta falta de respeto que le espetó a un asistente en el partido ante Chile. Y así fue.
“Se considera culpable al futbolista Lionel Messi por pronunciar palabras injuriosas contra un árbitro asistente. En consecuencia se suspende al jugador por cuatro partidos oficiales y se le impone una multa de 10.000 francos suizos. El primer partido en el que se aplicará la sanción será el próximo encuentro de la competición preliminar de la Copa Mundial de la Fifa Rusia 2018 entre Bolivia y Argentina, que se disputará en el día de hoy (28 de marzo de 2017). El resto de la sanción deberá ser cumplida en los siguientes partidos de Argentina en la competición preliminar del Mundial”, rezó el comunicado emitido desde las cómodas oficinas de la entidad madre con sede central en Suiza.
La noticia fue lapidaria en aquel momento. Sobre todo porque el cuerpo técnico que dirigía el Patón Bauza esperaba una definición con anticipación. Leo había viajado y estaba con los botines casi puestos cuando recibió la particular sanción. Terminó viendo la derrota 2 a 0 desde la soledad del vestuario.
¿Será la vencida?
Esta tarde será la tercera vez que Leo se presentará en La Paz. Acopia un empate y una derrota en el Hernando Siles. Sabe que el equipo nacional tiene que aprovechar el mal momento anímico y emocional de Bolivia, que viene de ser vapuleada por Brasil (5 a 0) en el debut de las eliminatorias rumbo a Qatar 2022.
También tiene en claro que primero el equipo deberá vencer los efectos de la altitud. Messi va en cierto punto en busca de la paz interna en este 2020 que lo tiene a maltraer. Buscará además la victoria para quebrar los 15 años sin poder izar la bandera del triunfo con los colores patrios en la hermana Bolivia y obtener los 3 puntos después de 15 años. El 10 tiene varios retos por cumplir.
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