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Bares de San Lorenzo no acatan el cierre de las 19.30, pero los clientes no van

Desde la Cámara de Gastronomía se argumentó que no hubo casos de Covid-19 en los locales y decidieron incumplir el decreto.

 

Por La Capital

Bares de la ciudad de San Lorenzo se rebelaron contra la medida del cierre de los comercios a las 19.30. La Cámara de Gastronomía del departamento San Lorenzo resolvió “no acatar el decreto y mantener abiertas las puertas de los locales más allá del horario establecido. Según el titular de la cámara, Pablo Campiti, no se han registrado casos en locales gastronómicos por lo cual entiende que no se justifica la medida restrictiva hacia el sector. Pero el gobernador Omar Perotti, en una entrevista que publicó este diario el domingo, explicó que los bares y restaurantes, sobre todo los que forman parte de la movida nocturna, son lugares de contagio así identificados tanto por la provincia como por la Nación. Como fuera, este domingo a la noche los negocios que seguían con sus puertas abiertas casi no tenían clientela, lo que mostró que en general la gente sí decidió acatar las disposiciones oficiales de cuidado para prevenir el coronavirus.

La Cámara de Gastronomía, cuya personería jurídica se encuentra en trámite, nuclea a unos “30 locales de San Lorenzo, entre bares, restaurantes, birrerías y casas de comida, aparte de otros de las localides periféricas de San Lorenzo”, dijo Campiti. El sábado se organizó una reunión para analizar la nueva disposición provincial, y allí se tomo la determinación de seguir abiertos luego del límite horario dispuesto. “En ningún momento negamos la existencia del Covid y los muertos, tampoco la peligrosidad y el contagio. No podemos ser tan necios. Pero no podemos aceptar algo que no tiene sentido. Qué diferencia hay para que me permitan abrir el local al mediodía, con un protocolo que respetamos desde hace 60 días, y no después de las 19.30”, planteó.

El argumento coincide de alguna manera con el del diputado nacional de Juntos por el Cambio Federico Angelini, quien en un comunicado pidió al gobernador Omar Perotti y al intendente de Rosario, Pablo Javkin, que den marcha atrás con la restricción horaria. Según el legislador opositor, para el Gran Rosario esto se puede volver una “catástrofe laboral”, pues “las actividades que ahora se vuelva a castigar estuvieron ya varios meses paralizadas por el aislamiento y significaría un golpe letal para ellas”.

Campiti, por su parte, se plantó en la postura de que los bares y restaurantes no fueron hasta ahora foco de transmisión del coronavirus. “El 70 u el 80 por ciento de los contagios en San Lorenzo se da en los puertos. Somos conscientes de que no podemos cerrarlos porque hay empresas muy grandes, con muchas familias que trabajan ahí, y son generadoras de dólares para el país. Y el resto de los contagios se están dando en encuentros privados. Nosotros no tenemos ningún caso registrado en un local gastronómico, ni tampoco en ningún comercio”, sostuvo Campiti.

Además, buscó dejar en claro que su postura es una cuestión de supervivencia. “No pasa porque quiero ganar plata para cambiar el auto o para irme de vacaciones. Es para pagar los impuestos. Cumplimos cien días cerrados acumulando deudas y debemos pagarles a los proveedores, que nos fiaron para poder trabajar. Si hoy tengo que cerrar, no les puedo pagar”, afirmó.

Campiti descartó que para la generación de ingresos “sea una opción alternativa el delivery, y menos el take away”, antes de insistir que seguirán recibiendo clientes, aunque eso implique ir en contra de un decreto oficial.

Durante una recorrida que realizó este diario ayer por la tarde después de las 19.30 se observó que algunos bares que tenían sus puertas abiertas permanecían vacíos en su interior, y otros con una pocas mesas ocupadas. Es evidente que la gente optó por responder a las disposiciones provinciales y no concurrió. En alguno de esos establecimientos gastronómicos aguardaban al menos, antes del cierre de las 23, enviar pedidos a través de delivery, aunque la demanda hasta allí era baja.