
Solo cinco de los chicos infectados desde que comenzó la pandemia debieron ser internados. En Rosario hay un nene de 5 años en terapia intensiva.
Por La Capital
Los bebés, niños y adolescentes pueden adquirir coronavirus, de eso no hay dudas. De hecho, en Santa Fe 200 de los casos confirmados (el 9 por ciento) corresponden a menores de 19 años, de los cuales 78 son de Rosario.
En esta ciudad, desde el inicio de la pandemia, cinco chicos tuvieron que ser internados por presentar síntomas moderados o severos. Casi todos fueron dados de alta a los pocos días de su ingreso. Actualmente hay un niño que está siendo asistido en un sanatorio privado y hasta ayer permanecía en terapia intensiva. Tiene 5 años, una enfermedad previa y presentó un síndrome inflamatorio semanas después de que el hisopado le dio positivo. La respuesta inflamatoria multisistémica ha sido descripta por pediatras de todo el mundo en pacientes menores de edad que tenían o habían tenido Covid-19. Pero aún no hay mucha evidencia al respecto: no se sabe exactamente por qué algunos desarrollan este tipo de cuadros.
De los 200 chicos contagiados en territorio provincial, según la información oficial, 7 tienen menos de un año; 25 menos de 4 años; 29 entre 5 y 9 años; 53 entre 10 y 14 años y 86 entre 15 y 19 años (ver infografía).
Casi todos cursaron la enfermedad con síntomas leves como dolor de garganta, tos y fiebre, y por pocos días. Muchos fueron asintomáticos y se conoció su situación porque eran contacto de algún adulto que dio positivo y se les hizo el hisopado por protocolo.
La médica rosarina Gabriela Ensinck, infectóloga, secretaria del comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría, explicó a La Capital que los chicos «se contagian como se contagian los adultos, pero tienen síntomas más leves y por eso pasan más desapercibidos. En general, los que presentan síntomas se recuperan en pocos días, más rápido que un adulto», agregó.
De todos modos, esto no es motivo para no cuidarlos del coronavirus, aclaró la especialista. «Los chicos deben cumplir con las medidas de protección. Si salen tienen que llevar barbijo, mantener una distancia de dos metros con otras personas que no son convivientes y lavarse las manos en forma frecuente», remarcó.
Además, los menores pueden no presentar señales de estar contagiados y transmitir la enfermedad a un adulto mayor, por ejemplo, que tiene mayor riesgo, o a adultos jóvenes o pares que tengan enfermedades previas que pueden ver complicada su situación.
Respecto del uso de barbijos, la infectóloga recordó que deben utilizarlo después de los 6 años (ya que antes muchas veces no pueden manifestar con claridad si están respirando correctamente con el tapabocas puesto) y no se aconseja en absoluto su uso en los menores de dos años.
En el Vilela, sin alarmas
Viviana Esquivel, directora del Hospital de Niños Víctor J.Vilela mencionó que en la guardia de febriles (que se preparó especialmente durante la pandemia) recibieron varias decenas de niños con síntomas compatibles, en estos meses, pero todos los hisopados dieron negativo.
«Tuvimos casos sospechosos, se activaron los protocolos, pero hasta ahora no hubo chicos con Covid-19», comentó la profesional.
Un caso particularmente recordado es el del niño de 5 años de barrio Las Flores que recibió asistencia en el Hospital de Niños Zona Norte por tener fiebre y tos, y que dio positivo para coronavirus.
El ingreso en el efector se produjo más que nada porque el chico no tenía las condiciones necesarias para ser aislado en su hogar, no por la gravedad de su cuadro. Fue a principios del mes de julio.
Esquivel destacó que en este momento el hospital, uno de los referentes de la ciudad en la atención a menores, está con una baja demanda de asistencia a chicos con problemas respiratorios habituales debido a que no están concurriendo a guarderías ni escuelas y que la circulación de los pequeños es limitada, comparada con años anteriores. «No vimos los cuadros de otros inviernos. Algunos, muy pocos, con rinovirus (que se presenta como un resfrío)».
El hospital se reestructuró en estos meses para no dejar de brindar nunca atención a los pacientes que tienen enfermedades crónicas o que han sido diagnosticados por otras patologías durante la pandemia.
«En el área oncológica, por ejemplo, lo que hicimos fue centralizar la atención de todos los niños y niñas en este hospital (los equipos de salud especializados del Centenario y el Provincial se trasladaron al Vilela). Esto nos permitió hacer un trabajo más amalgamado y un seguimiento más cercano teniendo en cuenta que son pacientes en grupo de riesgo. Hasta ahora ninguno de estos chicos contrajo Covid-19 y ese es uno de los objetivos, además de que, por supuesto, sigan con su terapia».
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